Arquitectura popular

La arquitectura popular engloba una serie de construcciones vinculadas a oficios y quehaceres relacionados principalmente con las actividades diarias de las gentes de esta tierra. Este tipo de construcciones se realizan normalmente con los materiales más sencillos, baratos y próximos al lugar de la construcción.

En la Comarca Tierra de Pinares posee numerosos ejemplos de arquitectura popular, como pueden ser:

Los molinos:

Son construcciones anejas al cauce de ríos y arroyos. Los molinos hidráulicos surgieron con el fin de realizar la molienda de cereales y legumbres; por ello están unidos al oficio de molinero. Pero no sólo se utilizaron para moler trigo y cebada, sino que se utilizaron también como batanes de lana o papel, e incuso como fábricas de electricidad. Son numerosos los molinos fundados para la producción de energía hidráulica. Un ejemplo de este tipo de molino, que se utilizó también para moler cereal, lo encontramos en la Senda de «El Molino del Ladrón». Destacan también el conjunto de molinos de la ribera del Cerquilla, o los existentes en Membibre de la Hoz y Vallelado.

Las bodegas:

Las bodegas de la Tierra de Pinares se ubican principalmente en la parte noreste de la comarca, debido a la influencia de la cuenca del Duero, y su cercanía con Peñafiel, cuna del vino de la Ribera del Duero. Las bodegas son excavaciones subterráneas; cuentan con un pasillo de carácter descendente en cuyos laterales se abren pequeños nichos donde se alberga el vino, para su conservación.

Las bodegas de la Tierra de Pinares se caracterizan por su pequeña fachada de carácter triangular, a veces con un pequeño tejado a dos aguas, y una portada adintelada de piedra. La mayoría son de carácter particular y se asientan en las laderas de los cerros. Tradicionalmente han sido y son lugar de encuentro de amigos y familiares.

Los lagares:

Utilizados para la obtención de vino. Los pueblos de tradición vitivinícola de la Tierra de Pinares son pequeñas poblaciones donde el número de lagares es escaso. Son pocas las bodegas que tienen lagar propio. Los habitantes que no disponían en sus bodegas de lagar se turnaban con sus vecinos en los lagares de uso común o de otros vecinos para la elaboración del vino.

Los palomares:

Los palomares son construcciones de carácter circular o cuadrangular que se utilizan para la cría de pichones. Son construcciones vinculadas a la economía familiar, constituyéndose como una ayuda a ésta. Se construyen con materiales cercanos, y su diseño se integra en el entorno donde se levantan. Encontramos por ejemplo el palomar del desaparecido pueblo de Fuentes (Carbonero el Mayor), elaborado con pizarra, material dominante en la zona.

Fuentes y lavaderos:

Tras la reconquista, los núcleos de población se asentaron o surgieron en torno a fuentes y manantiales. En la Tierra de Pinares encontramos numerosas poblaciones que reflejan en sus nombres la existencia de fuentes, tal vez porque se asentaban junto a ellas, o por la abundancia de éstas en su territorio. Encontramos pueblos como Fuente el Olmo, Fuentepiñel, Fuentidueña, Fuentepelayo, Aguilafuente, Fuentesoto, Fuenterrebollo, Fuentes de Cuéllar, Fuentesaúco, y Hontalbilla (derivado de la voz medieval Font Albilla).

El hombre trasformó muchos de estos manantiales en fuentes para su uso. Desde el caño salía el agua para el consumo humano, pasaba al pilón o abrevadero donde paliaba la sed el ganado, y desde aquí el agua pasaba al lavadero.

Los lavaderos se constituyen como lugar de reunión de las vecinas del pueblo, ya que eran de uso público. Actualmente se encuentran prácticamente en desuso, siendo un reflejo de la vida tradicional de las gentes de la Tierra de Pinares.

Cuevas de pastor:

Los pequeños abrigos de las rocas han sido un lugar de hábitat desde tiempos prehistóricos. Entre Membibre de la Hoz y Aldeasoña se encuentran unos pequeños abrigos que el hombre ha transformado en cuevas para el refugio del ganado, cerrándolas con muros de adobe. Encontramos las cuevas de pastor en la senda «Valle de la Hoz».

Las pegueras:

Se trata de una construcción propia de la Tierra de Pinares. Se compone de una cámara de combustión excavada en el suelo y reforzada por piedra y ladrillo. Ésta se cierra con una bóveda ovalada de ladrillo, que se encuentra abierta en uno de sus lados. Las pegueras eran utilizadas para quemar el sarro, resina sucia mezclada con hojas, arena… que no servía para ser refinada en la fábrica. El sarro se quemaba junto con ramas para la obtención de la pez.

Puentes:

Construcciones destinadas a salvar cursos fluviales y vaguadas. En la Comarca Tierra de Pinares encontramos diversos puentes de piedra, como los que cruzan el río Duratón a su paso por San Miguel de Bernuy, Laguna de Contreras y Fuentidueña, siendo este último el más importante por su monumentalidad. Son puentes documentados en época medieval, aunque su origen se remonta tal vez a una época anterior. Los tres responden a una misma estética, de arcos de medio punto ligeramente rebajados, reforzados con tajamares que suben más arriba del perfil formando apartaderos. El perfil es en «lomo de asno», y están realizados en piedra. Por estas características estos puentes responden a una estética propia de los puentes del siglo XVIII. El mismo modelo se repite en el puente de Fuente el Olmo, pero éste se realiza en piedra sin labrar.

Encontramos en la comarca otros puentes de menor tamaño, pero no de menor importancia, como el Puente de Canto en Navalmanzano, datado a mediados del siglo XVIII. También destaca el puente de Fresneda de Cuéllar, por sus numerosas arcadas y por la monumentalidad de su construcción.